
Las luces son fundamentales para trabajar el maquillaje, dependiendo de la luz que utilicemos los maquillajes pueden resultar más apagados, más vivos o con los colores cambiados o descompuestos, por lo tanto siempre tendremos en cuenta la intensidad y la calidad de las luces.
Intensidad: Es la cantidad de luz que una fuente nos proporciona. Cuanto mayor sea la intensidad más claros se verán los colores por una mayor influencia del blanco.
Calidad: Es la cantidad de luz que una fuente posee. Determina si una luz posee más longitud de onda azul o roja. Esto influye en cada gama de una manera distinta.
1. Luz incandescente: (bombilla) de color amarillo, apaga los colores cálidos y aviva los fríos.
2. Luz fluorescente: de color azul, mantiene las tonalidades cálidas y transforma los azules en violáceos.
3. Luz de neón: luz fría, altera los colores en general, proporcionando una coloración amarillenta nada favorecedora. Hay que evitar los tonos con mezclas de amarillo o muy oscuros, pues resultan poco atractivos y envejecen.
4. Luz de vela: de color rojo, es la luz que más favorece siempre que se coloque en los laterales. Colocada delante de la modelo, demacra y apaga todos los colores en general. Con esta luz destaca más la gama fría que la cálida, y los colores que llevan purpurina o nacarados vivos.
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